1/12/14

Los niños se hacen lectores










“Los niños se hacen lectores en el regazo de sus padres”, como asegura Emilie Buchwald. Esta cita resume la labor ingente que supone para la familia hacer de sus hijos grandes amantes de la lectura, tarea compartida con los docentes. Sin embargo, aunque en ambos casos debemos transmitir el entusiasmo y el gusto por leer, es en casa donde se pueden experimentar esos momentos de goce absoluto cuando, sentados en el rincón de lectura, compartimos las aventuras y las experiencias de los personajes que salen de las líneas del texto para formar parte de la memoria de nuestros niños.
En la vorágine social en la que estamos inmersos, muchos de nosotros apenas tenemos tiempo de disfrutar de estos momentos, pero siempre seremos capaces de evaluar lo que realmente importa, sacarle tiempo al tiempo, un tiempo de calidad y de entrega absoluta, donde poder compartir las lecturas de nuestros niños, donde crear la atmósfera perfecta para comenzar “Érase una vez…”
Debemos sentarnos con ellos, darnos unos minutos al día en los que solo estemos el adulto, el niño y el libro, sin ningún artilugio que pueda distraer nuestra atención. Ese será nuestro momento, nuestro rincón para leer, para contar, para escuchar, un tiempo para hablar de lo que hemos leído…
Como adultos tenemos la responsabilidad de hacer de nuestros niños grandes lectores que disfruten con las historias. Tenemos que ser el punto de referencia en el que se apoyen para llegar a tener un buen hábito lector. Pero esto a veces es difícil. Por eso proponemos recurrir a algunos trucos o a consultar a profesionales del libro (escritores, docentes, libreros, bibliotecarios…).
Algunos consejos o trucos que pueden ayudarnos en casa:
  • Dar ejemplo, que nos vean leer, ya que muchas veces los niños actúan por imitación y admiración hacia el adulto.
  • Crear un rincón de lectura agradable, sin ruido y luz apropiada.
  • Dedicar un tiempo al día a la lectura.
  • Hablar de lo leído, preguntar sobre la lectura, dialogar.
  • Conocer los libros que leen tus hijos y comentarlos.
  • Escuchar su opinión acerca de lo leído y razonarlo.
  • Respetar sus gustos y si no son lo más apropiados, orientarle.
  • Leer no es un castigo, nunca debemos imponer la lectura.
  • Visitar lugares donde los libros pueden ser motivo de satisfacción: ferias del libro, bibliotecas y librerías en las que podrá disfrutar de encuentro con autores, cuentacuentos, talleres literarios…
  • Crear, poco a poco, su propia biblioteca, porque como diría Gregorio Marañón, “La librería de un hombre es también su retrato”. Cicerón decía: “Un hogar sin libros es como un cuerpo sin alma”.
  • Regálale aventura, emoción, misterio, humor, sorpresas, diversión… Un libro es el regalo ideal en cualquier momento.
Por último, recordar la importancia que tiene leer correctamente, ya que un niño que posee buenos hábitos lectores suele tener una alta comprensión lectora, que es la base de todo conocimiento y generalmente los buenos resultados académicos están directamente relacionados con alumnos que leen habitualmente y gozan de buena comprensión lectora.
Además, los beneficios de la lectura son muchos: mejora la expresión escrita y verbal, aumenta el vocabulario, desarrolla la imaginación y la creatividad, multiplica los conocimientos, ayuda a reflexionar y a mejorar la concentración… Pero junto a estas ventajas, hay otros motivos para leer:


Fuente "Leer es un plan"


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